En este blog quiero mostrar los modelos navales que he ido realizando desde que soy modelista. Algunos con más o menos conocimientos y experiencia. Espero que os gusten

NAO VICTORIA

Siguiendo con los barcos históricos que estoy realizando, la mayoría realizados sobre planos, esta entrada corresponde a la Nao Victoria, primera nave construida en madera que dio la vuelta al mundo.

Está realizada en 2010 (la terminé una semana antes que naciese mi peque), y está hecha sobre planos de un modelo que se vendió en la Expo '92 y que me mandaron a través de un foro ahora cerrado.

Después de las fotografías pongo una reseña de lo que fue dicho viaje:












El 6 de septiembre de 1522, 17 hombres desnutridos y enfermos capitaneados por Juan Sebastián Elcano desembarcaron de la nao Victoria en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda, tras recorrer unos 80.000 kilómetros. La primera vuelta al mundo fue una idea de Fernando Magallanes, nacido en Portugal en 1480. 

Su proyecto trataba de buscar una ruta alternativa a la dominada por los portugueses que, en dirección oeste, bordeaba el cabo de Buena Esperanza. Su pretensión era buscar un estrecho marítimo en América que permitiera pasar al océano Pacífico, así llamado por la expedición de Núñez de Balboa.
Ofreció su proyecto al monarca luso Manuel I el Afortunado, pero este lo rechazó. Pero el  Rey Carlos I creyó en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos: la capitana Trinidad, la Concepción, la Victoria, la Santiago y la San Antonio, pertrechadas con provisiones para dos años (galletas, sardinas arenques, higos y siete vacas que les proporcionaban leche fresca). Se le conoció como la Flota de las Malucas.

La expedición partió del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Cruzó el océano Atlántico y se dirigió a Sudamérica. Tocan Río de Janeiro, bordean la costa de Brasil, hacen un breve descanso en Río de Janeiro, exploran la gran boca del Río de la Plata y el litoral de la Patagonia. Pero empiezan a surgir los problemas y las desconfianzas. Las temperaturas son tan bajas que deciden invernar en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación.

En la bahía de San Julián sobreviven durante cinco meses bajo el frío, cazando animales como avestruces, zorros y moluscos y derritiendo el agua de bloques de hielo. La nao Santiago, durante un reconocimiento, se estrella contra la costa por un temporal, sin consecuencias.

El 21 de octubre de 1520, se adentraron en el estrecho de Todos los Santos y de las Once Mil Vírgenes, según lo llamó Magallanes. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Navegaron tres meses en muy malas condiciones, los marineros mueren a mansalva por carecer de agua y provisiones frescas, padecieron de escorbuto y cuando los víveres se agotaron, llegaron a alimentarse de cuero, ratas, cucarachas y todo lo que encontraban. Durante esta etapa, la nao San Antonio, al mando del portugués Esteban Gómez, abandona la flota por falta de víveres para volver a España.

El 24 de enero de 1521 llegaron a la isla de Guam (Islas Marianas) y continuaron hacia el oeste en dirección Cebú. El 16 de marzo llegaron a la playa de San Lázaro, en Cebú, perteneciente al archipiélago de Filipinas, donde establecieron buenas relaciones con los nativos. Las tripulaciones se abastecen, descansan y se recuperan. 

Magallanes desembarcó en la isla de Mactán, el 27 de abril de ese año, con 60 hombres armados para obtener la soberanía española sobre todas aquellas islas. Mientras entraban en amigables tratos con los aborígenes, el jefe cacique local Lapu-Lapu se niega a reconocer a Magallanes como su señor, y encabezaría una rebelión con unos 1.500 isleños rebeldes, que cayeron sobre ellos. Magallanes cometió el error de infravalorarlos y no tomar las debidas precauciones, constándole la vida y la de algunos de sus compañeros.

Sobrevivieron 114 hombres para tres barcos. La expedición quedó al mando de varios de sus capitanes que se disputaban el poder. Mientras, continuaban explorando las islas, entablando relaciones con los jefes locales y buscando la ruta de las Molucas. Duarte de Barbosa, el capitán, fue asesinado junto con 24 soldados en otra emboscada. El mando superior pasó a Juan Carbajo. Decidieron hundir la nao Concepción, debido a una plaga de moluscos que había carcomido el casco. Y su cada vez más mermada tripulación se repartió entre las dos únicas naves efectivas. Gonzalo Gómez de Espinosa mandaba la Trinidad, y Juan Sebastián Elcano recibía la Victoria.

Desde Cebú, la expedición buscó las tan deseadas Molucas, haciendo una aventurada travesía. Primero pasando por Mindanao, Bohol, Panilongo y llegaron a Cimbonbon. Finalmente, un triunvirato encabezado por Elcano se hizo con el mando de lo que quedaba de la flota.

Elcano, al mando ya de la expedición, puso rumbo suroeste, atravesó los archipiélagos de Basilán y Joló, desembarcó en las islas de Batuán, Calagán y Monolipa, donde encontraron una canela de gran calidad. Llegaron a su destino, las Molucas, el archipiélago de las ricas especias, a finales de 1521.
Allí, en la isla de Tidore, establecieron tratados con los príncipes nativos y cargaron un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje.

El 21 de diciembre, la expedición se divide. La Trinidad, dirigida por Gómez Espinosa, sufre una avería, por lo que se acuerda su permanencia en las Molucas hasta su adecuada reparación. El viaje de regreso se efectuaría con rumbo al Darién, entre Panamá y Colombia. Pero el plan fracasa, no consiguen encontrar una travesía de vientos que les retorne a América, el torno-viaje que medio siglo más tarde hallaría Urdaneta.

La proximidad de los portugueses, hizo que Elcano al frente de la Victoria pusiese rumbo al oeste. Allí se gestó el proyecto de dar la vuelta al mundo. Regresar a España por el océano Índico suponía la violación del Tratado de Tordesillas. Acompañado de 47 españoles y 13 naturales, arribó a la isla de Timor, ya en 1522, donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia.

La expedición de Elcano cruzó el océano Índico por una ruta lo más meridional posible, pasando un calvario de hambre, sed y enfermedades. Por otra parte, el rey Juan de Portugal enterado de la expedición se propuso sabotear la nueva ruta, ordenando a todos los puertos portugueses que negaran cualquier ayuda a las expediciones españolas.

Elcano consiguió dominar la impaciencia de la tripulación, ansiosa de bajar a tierra desde que pasaran ante las costas de Mozambique y el 19 de mayo de 1522, doblaron el cabo de Buena Esperanza. En Cabo Verde, en el África occidental, Elcano decide enviar a trece hombres en una pequeña embarcación, un esquife, para conseguir víveres sin revelar su identidad. La colonia es de dominio portugués, y su gobernador se ofrece a comerciar, cuando consiguieron agua y comida, cometen el error de pagar en especias, descubriéndose  su procedencia ilegal y los marineros son apresados.

Allí supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de este a oeste, dando la vuelta a la Tierra. Un descubrimiento más, comprobado empíricamente por la expedición. Elcano comprende la situación, nadie puede aportarles ayuda, y pone rumbo final por la costa oeste del Atlántico hacia España. 

En el Atlántico, la carencia de alimentos se hizo sentir de nuevo. Durante días y días, los supervivientes navegaron sin probar alimento fresco. El escorbuto se cebó en los hombres, a los enfermos se les hinchaban las encías y se les caían los dientes, muchos murieron completamente extenuados entre grandes dolores. Sólo el indomable tesón de Elcano mantuvo la moral de sus hombres para hacer frente a tanta adversidad.

Cuando ya estaban cerca, una enorme tormenta desvía la nao Victoria hacia las portuguesas islas Azores.

Por fin, después de tres años menos catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Magallanes-Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Llegó con sólo 18 supervivientes, exhaustos, hambrientos y enfermos, a bordo de la nave Victoria, la única que quedaba de las cinco que partieron, eso sí, con las bodegas cargadas de especias. Misión cumplida. 

El cargamento traído en la nao Victoria es de 381 sacos de espacias, con un peso de 524 quintales. Su venta en el mercado español y europeo cubre los gastos de la expedición y arroja un beneficio de 346.220 maravedíes.

Elcano y la tripulación superviviente marcho para Valladolid, ante la corte del emperador Carlos I. Allí presentaron a los indios que traían de aquellas remotas islas, los regalos de sus reyes, pájaros raros, producciones exquisitas, y las preciosas especerías adquiridas.

El emperador llenó de honores a los héroes de tal hazaña, recibió personalmente a todos los supervivientes y, además, se preocupó de que fueran liberados los marineros apresados por los portugueses tanto en Filipinas como en Cavo Verde. Elcano recibió una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, lleva la leyenda Primus circumdedisti me (El primero que me diste la vuelta).

Tras el hallazgo, las Cortes de Castilla y de Portugal trataron de componer las diferencias contraídas sobre la pertenencia de las Molucas por medio de jueces instruidos, reunidos entre Yelves y Badajoz. El emperador convocó a Elcano, el gran testigo ocular de la verdadera situación de aquellas islas. Su voto y manifiesto fue razón de mucho peso y autoridad en las conferencias. Con su ayuda los castellanos impusieron sus argumentos sofocando la razón de los lusitanos, y en 1524, sentenciaron la titularidad de las Molucas a favor del emperador.

Apenas cuatro años después Elcano regresa al mar, se enrola en la expedición marinera de García Jofre de Loaysa para conquistar las Molucas. Muere el 4 de agosto de 1526 mientras atravesaba el Pacífico al mando del Espíritu Santo.